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Si usted cree en Dios debe...

Si usted cree en Dios debe de investigar si lo que le han enseñado es la Verdad. Hoy nosotros debemos de ser como los Bereanos que investigaron las Sagradas Escrituras para ver si lo que Pablo les enseñaba era la verdad y lograron comprobar que asi era y entonces creyeron. Hechos 17:10-12. Recordemos el mandato de Cristo en Juan 5:39. Cuando investigamos la verdad siempre sale a relucir y la verdad NUNCA teme a la investigación, pero, el error si, por que no quiere ser descubierto ni expuesto.

19.5.08

El Discípulo y la Obediencia

Una de las evidencias más claras para identificar a los discípulos verdaderos de Jesús es la obediencia. El verdadero discípulo es el que transita el camino angosto de la obediencia a Dios. Si alguien dice que es verdadero discípulo y hace sólo lo que siente y quiere, se puede dudar de él: sus hechos muestran lo contrario.

Samuel respondió:

“¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan *holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros. (1Sa 15:22 NVI)

Esta palabra, obedecer, viene del hebreo shamá. Aparece más de mil veces en la Biblia y significa: oír inteligentemente (no sólo oír, sino escuchar), prestar atención, prestar oídos. Con docilidad. Sólo el hecho de que aparezca más de mil veces en la Biblia nos habla de la importancia de la obediencia. Vamos a estudiar la historia de este rey desobediente.

Destruye por Completo

Recordemos que Samuel era un profeta, un verdadero siervo de Dios. Un siervo de Dios no tiene su propio mensaje, sino que predica el mensaje que Dios le da. Notemos en el versículo 1 el mensaje de Dios.

Un día Samuel le dijo a Saúl: “El Señor me envió a ungirte como rey sobre su pueblo Israel. Así que pon atención al mensaje del Señor. Así dice el Señor *Todopoderoso: He decidido castigar a los amalecitas por lo que le hicieron a Israel, pues no lo dejaron pasar cuando salía de Egipto. Así que ve y ataca a los amalecitas ahora mismo. *Destruye por completo todo lo que les pertenezca; no les tengas compasión. Mátalos a todos, hombres y mujeres, niños y recién nacidos, toros y ovejas, camellos y asnos.” (1Sa 15:1-3 NVI)

La historia de los amalecitas aparece en Éxodo 17. Los Amalecitas no permitieron que los Israelitas pasaran por su tierra en su camino entre Egipto y la Tierra Prometida, y Dios se acordó de eso. La palabra “Destruye” en el hebreo tiene alusión a un golpe con el puño cerrado en la nariz. ¿Por qué Dios trató tan drásticamente a este pueblo pagano? Porque simbolizaba todo lo que Dios rechaza: inmoralidades, fraudes, asesinatos, etc. Esto tipifica el pecado. Como Dios es santo no admite el pecado. Destruir a todos los Amalecitas simboliza la destrucción de Jesús sobre el pecado.

Saúl reunió al ejército y le pasó revista en Telayin: eran doscientos mil soldados de infantería más diez mil soldados de Judá. Luego se dirigió a la ciudad de Amalec y tendió una emboscada en el barranco. Los quenitas se apartaron de los amalecitas, pues Saúl les dijo: “¡Váyanse de aquí! Salgan y apártense de los amalecitas. Ustedes fueron bondadosos con todos los israelitas cuando ellos salieron de Egipto. Así que no quiero destruirlos a ustedes junto con ellos.” (1Sa 15:4-6 NVI)

Al igual en el caso de Sodoma y Gomorra (otro símbolo del pecado), Dios sacó a los piadosos de allí, en este caso a los Quenitas.

piadoso.jpg¿Más Buenos que Dios?

Saúl atacó a los amalecitas desde Javilá hasta Sur, que está cerca de la frontera de Egipto. A Agag, rey de Amalec, lo capturó vivo, pero a todos los habitantes los mató a filo de espada. Además de perdonarle la vida al rey Agag, Saúl y su ejército preservaron las mejores ovejas y vacas, los terneros más gordos y, en fin, todo lo que era de valor. Nada de esto quisieron destruir; sólo destruyeron lo que era inútil y lo que no servía. (1Sa 15:7-9 NVI)

Agag era el título que se le ponía al rey, no su nombre (como el título “Faraón” entre los Egipcios). “Agag” significa techo, algo que está por encima. No debemos poner nada por encima de Dios. Cualquier cosa que pongamos por encima de Dios, lo llamamos ídolo. Precisamente el Rey era el primero que había que destruir y Saúl lo capturó vivo.

Saúl se sintió “más bueno que Dios.” Hoy en día esto sucede también. Si se pone a alguien en disciplina en la iglesia, por ejemplo, no faltará quien diga que falta amor, que tenemos que tener más compasión, etc. Dios es drástico con el pecado, como veremos al final de esta historia, ¿por qué nosotros pensamos que no debemos también drásticos?

Fíjese cómo dice “Nada de esto quisieron destruir”. No fue un error, sino deliberada la decisión de no destruir. Aquí vemos a Saúl, un Rey, un Líder; buscando sus propios deseos, y por tanto arrastraba al pueblo. Un líder no debe buscar sus propios deseos. Tampoco deben buscar complacer los deseos del pueblo. Recordemos cuando Moisés tardaba y el pueblo vino con Aarón y le pidió que les hiciera dioses para adorar y Aarón les complació elaborando el Becerro de Oro.

No deben ser ni los deseos del líder, ni los deseos del pueblo, sino obediencia a los deseos de Dios.

[Foto por Kahled AK http://www.flickr.com/photos/khaledak/]El Celo de tu casa me consume

La palabra del Señor vino a Samuel: “Me arrepiento de haber hecho rey a Saúl, pues se ha apartado de mí y no ha llevado a cabo mis instrucciones.”

Tanto se alteró Samuel que pasó la noche clamando al Señor. (1Sa 15:10-11 NVI)

Es como cuando Pablo le dijo a los Efesios, que no contristaran al Espíritu Santo. Aquí la actitud y desobediencia de Saúl contristó al Señor.

La palabra hebrea que se tradujo “alteró” significa que ardió de enojo. Es el mismo celo de Jesús cuando sacó a los mercaderes del templo con un látigo diciendo “El celo de tu casa me consume.” Un verdadero discípulo de Jesús debe tener celo por la Palabra de Dios y por las cosas de Dios. Si no hay celo en un supuesto Cristiano, no es un verdadero discípulo. Nuestro celo no nos debe llevar a agredir, como los fanáticos orientales que matan en nombre de Dios, pero sí hay un lugar para el enojo sin pecado en la Biblia.

La palabra “clamando” aquí significa “lanzar gritos de peligro, de dolor.” Es como si Samuel estuviera diciendo “¿Qué va a pasar? ¡El pueblo va a llevar las consecuencias!” Igual, cuando un ministro desobedece, la iglesia es afectada. Cuando un Padre de familia desobedece, la familia lleva los golpes.

Dios Puede Revelar

Dios le reveló a Samuel la culpabilidad de Saúl. Entre nosotros podría suceder de igual forma. Dios puede revelar a los pastores el pecado de las ovejas. También puede revelarle a las ovejas cosas sobre sus pastores, así que estamos a mano.

Recuerdo una vez que hablaba con una mujer que me dijo que orara por ella y por su esposo. Le pregunté cuál era el negocio de su esposo y me dijo que era agricultor. Mientras ella me hablaba, escuché la voz de Dios que me dijo que su esposo era narcotraficante. Directamente le pregunté: “¿Por qué me mientes? ¡Tu esposo es narcotraficante!” La mujer me miró y me preguntó: “¿Cómo supiste?”

¡No tengas temor de hablar la verdad!

Una vez en una reunión pastoral Dios me dijo que le dijera públicamente a un pastor que dejara de golpear a su esposa. Me lo dijo dos veces y yo no quise escuchar, me estaba haciendo el loco. Los pastores me pidieron que despidiera la reunión en oración. Me puse de pie para orar y otro pastor me dijo, “Chuy, yo siento que Dios te ha dado una palabra para uno de nosotros y que debes decirla.” Así que me armé de valor y le dije al pastor que dejara de pegarle a su esposa. El pastor hizo cara de santo y lo negó, pero su esposa, que estaba escuchando, salió y nos dijo a todos que era verdad! El hombre no se arrepintió: hoy su familia está destruída y por supuesto él ya no es pastor.

Confrontación

Controntar [Foto por Artful Purpose http://www.flickr.com/photos/artfulpurpose/]Por la mañana, muy temprano, se levantó y fue a encontrarse con Saúl, pero le dijeron: “Saúl se fue a Carmel, y allí se erigió un monumento. Luego dio una vuelta y continuó hacia Guilgal.”

Cuando Samuel llegó, Saúl le dijo:

¡Que el Señor te bendiga! He cumplido las instrucciones del Señor. Y entonces, ¿qué significan esos balidos de oveja que me parece oír? le reclamó Samuel. ¿Y cómo es que oigo mugidos de vaca?. (1Sa 15:12-14 NVI)

Salió Samuel a confrontar a Saúl. Hoy en día no se hace suficiente confrontación. Cuando hay confrontación, llueven las críticas argumentando que a los pastores nos “falta amor”. Recordemos que Pablo confrontó a Pedro delante de todos.

Saúl sabía el lenguaje religioso: “¡Que el Señor te bendiga!” le dijo a Samuel. ¿Ven cómo quería bajarle el enojo al profeta? Luego quiso justificarse. Cuando alguien anda mal, lo primero que hace es justificarse, sin que nadie se lo pida. Si tu hablas con alguien y lo primero que hace es justificarse, es un indicador de que probablemente está escondiendo algo. En el caso de Saúl, Samuel no le creyó.

A Dios no se le puede tapar la boca con un billete.

Son las que nuestras tropas trajeron del país de Amalec respondió Saúl. Dejaron con vida a las mejores ovejas y vacas para
ofrecerlas al Señor tu Dios, pero todo lo demás lo destruimos. (1Sa 15:15 NVI)

soborno.jpgCuando Samuel confronta a Saúl, este empieza diciendo que era el pueblo quien había perdonado lo mejor del botín. Luego trata de “sobornar” a Samuel diciéndole que lo hicieron para ofrecer las mejores ovejas a Dios. Dios no se puede engañar de esa manera. Por ejemplo, si tú tienes una gasolinera y modificas la bomba para dar “litros” de 800ml, estás robando. Luego llegas y le ofreces a Dios los diezmos de tus fraudes ios – es más, le diezmas el 15% - ¡Dios no puede ser burlado!. El no acepta “mordidas”, “coimas”, sobornos.

No podemos tratar a Dios de esa manera.

Echando mano al botín

¡Basta! lo interrumpió Samuel. Voy a comunicarte lo que el Señor me dijo anoche.

Te escucho respondió Saúl.

Entonces Samuel le dijo:

¿No es cierto que, aunque te creías poca cosa, has llegado a ser jefe de las tribus de Israel? ¿No fue el Señor quien te ungió como rey de Israel, y te envió a cumplir una misión? Él te dijo: Ve y destruye a esos pecadores, los amalecitas. Atácalos hasta acabar con ellos. ¿Por qué, entonces, no obedeciste al Señor? ¿Por qué echaste mano del botín e hiciste lo que ofende al Señor? (1Sa 15:16-19 NVI)

La palabra hebrea para “comunicarte” es «nagád» que significa denunciar. Samuel sale a confrontar a Saúl, a denunciar su pecado. Hoy en día escasean los que se atreven a denunciar y confrontar.

Una vez en España hablé con un ministro de alabanza muy famoso. Estábamos hospedados en un hotel y me llamó para invitarme a McDonald’s. Dios me había dado muchas veces palabras para él, así que cuando me invitó me quedó claro que era el momento para decírselo. Estando en el restaurante le dije: “Oye hermano, te voy a compartir lo que Dios me dijo que te dijera.” “Dime Chuy”, me respondió. “Te has corrompido. Has torcido la Palabra de Dios. Has construido un ministerio grande pero sin Él. ¿Estás dispuesto a renunciar a todo eso que has construído y seguir a Dios?” Me dijo que Dios le había hablado ya tres veces por medio de diferentes personas y que lo iba a analizar. Sin embargo le dio la espada a Dios, no reaccionó a la denuncia.

botin.jpgAquí Samuel denuncia que Samuel le ha echado mano al botín. Hoy en día la historia es la misma: hay muchos ministros que miran únicamente el botín, la ganancia.

Como si fuera telenovela

¡Yo sí he obedecido al Señor! insistió Saúl. He cumplido la misión que él me encomendó. Traje prisionero a Agag, rey de Amalec, pero destruí a los amalecitas. Y del botín, los
soldados tomaron ovejas y vacas con el propósito de ofrecerlas en Guilgal al Señor tu Dios. (1Sa 15:20-21 NVI)

Aquí Saúl se comporta como en las telenovelas, cuando la esposa se encuentra al marido con “la otra” y éste intenta justificarse diciendo “¡Esto no es lo que parece! Mi amor, no es lo que estás pensando.” Es obvio lo que está sucediendo, pero igual trata de justificarse.

Saúl lo intenta, y lo hace culpando otra vez al pueblo. Supongamos que realmente fue el pueblo quien retuvo parte del botín: igual era responsabilidad del rey detenerlos y conducirlos a la obediencia a Dios. Ay del pastor que no estorba al pueblo de descarriarse de los caminos de Dios. En el día del juicio, ante el tribunal de Cristo, no va haber nadie contigo. Vas a estar delante de Él tú sólo rindiendo cuentas por tus obras. Todos vamos a comparecer delante del tribunal de Cristo. ¿Estás listo? ¿Qué le dirás?

Rebeldía y Arrogancia: Adivinación e Idolatría

Samuel respondió:

“¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan *holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros. La rebeldía es tan grave como la adivinación, y la arrogancia, como el pecado de la idolatría. Y como tú has rechazado la palabra del Señor, él te ha rechazado como rey.”

¡He pecado! admitió Saúl. He quebrantado el mandato del Señor y tus instrucciones. Los soldados me intimidaron y les hice caso. Pero te ruego que perdones mi pecado, y que regreses conmigo para adorar al Señor. (1Sa 15:22-25 NVI)

¿En qué se complace más Dios? ¿En que dejes de comer carne (por la cuaresma) o en que dejes de mentir? ¿En un rito externo o en una actitud interna? El precio del discipulado es hacer la voluntad de Dios. Si Dios te dice algo y no lo haces, es rebeldía, y aquí dice que es equivalente al pecado de la brujería. La arrogancia, la obstinación, es persistir en un error. Si persistimos en algo, dice Dios que es como idolatría delante de Él. Saúl sigue con sus escusas y clama a Dios con supuesto arrepentimiento. Pero le pide perdón a Samuel, no a Dios. El único que puede perdonar pecados es Dios.

Ojo Discernidor [Foto por Emuishere Peliculas http://www.flickr.com/photos/bizzzarro/]Discernimiento

Samuel tenía discernimiento, no creyó en la palabrería de Saúl. Discernimiento es distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo vil y lo puro. Hoy en día hace falta más discernimiento.

Recibí un e-mail donde un muchacho me preguntó “¿Qué tan malo es que esté fornicando con mi novia?” ¿Qué tipo de pregunta es esa? ¿Qué tan cauterizado está el corazón? Le respondí: “Tan malo es, que vas directo al infierno.”

No voy a regresar contigo le respondió Samuel. Tú has rechazado la palabra del Señor, y él te ha rechazado como rey de Israel. Cuando Samuel se dio vuelta para irse, Saúl le agarró el borde del manto, y se lo arrancó. Entonces Samuel le dijo:

Hoy mismo el Señor ha arrancado de tus manos el reino de Israel, y se lo ha entregado a otro más digno que tú. En verdad, el que es la Gloria de Israel no miente ni cambia de parecer, pues no es *hombre para que se arrepienta. ¡He pecado! respondió Saúl. Pero te pido que por ahora me sigas reconociendo ante los *ancianos de mi pueblo y ante todo Israel. Regresa conmigo para adorar al Señor tu Dios. Samuel regresó con él, y Saúl adoró al Señor. (1Sa 15:26-31 NVI)

Saúl aquí estaba pensando en su imagen delante de las personas, en su reputación, igual que muchos políticos y ministros. Al final, la Biblia dice que Saúl adoró al Señor. ¿Ustedes creen que Dios recibió esa adoración? ¡No! Adoración de labios no es recibida por Dios si no es acompañada de un corazón humillado.

Duro con el Pecado

Mientras Saúl estaba “adorando”, Samuel completó la orden que se le había dado a Saúl.

Luego dijo Samuel: Tráiganme a Agag, rey de Amalec.

Agag se le acercó muy confiado, pues pensaba: “Sin duda que el trago amargo de la muerte ya pasó.” Pero Samuel le dijo:

Ya que tu espada dejó a tantas mujeres sin hijos, también sin su hijo se quedará tu madre.

Y allí en Guilgal, en
presencia del Señor, Samuel descuartizó a Agag. (1Sa 15:32-33 NVI)

Agag aquí simboliza el pecado, y Samuel trató drásticamente con Agag: lo hizo pedacitos. Dios trata drásticamente con el pecado, no podemos jugar con él.

Sin Trato

Esa fue la última vez que Saúl y Samuel se vieron:

Luego regresó a Ramá, mientras que Saúl se fue a su casa en Guibeá de Saúl. Y como el Señor se había arrepentido de haber hecho a Saúl rey de Israel, nunca más volvió Samuel a ver a Saúl, sino que hizo duelo por él. (1Sa 15:34-35 NVI)

No hablaré con ese payaso [Foto por Inoneer http://www.flickr.com/photos/inoneear/]Samuel no volvió a tener trato con Saúl. ¿Por qué? Porque ya no tenían nada en común. San Pablo nos dice que no debemos tener trato con personas que dicen ser hermanos pero toleran el pecado en sus propias vidas y en la de los demás: ni siquiera deben juntarse para comer. (1Co 5:11)

¿Notan hasta qué punto es importante para Dios que sus discípulos le obedezcan?

Tomemos el ejemplo de Noé y de Moisés:

  • Y Noé hizo todo según lo que Dios le había mandado. (Gen 6:22 NVI)
  • Moisés hizo todo tal y como el Señor se lo mandó. (Exo 40:16 NVI)
Queremos ser hijos obedientes, Señor.

ARTICULO PUBLICADO POR CHUY OLIVARES EN
http://casadeoracionmexico.info/blog/

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